jueves, 25 de octubre de 2012

PSICOANALISIS

                      PSICOANALISIS
El psicoanálisis (del griego ψυχή [psykhé], alma o mente y νάλυσις [análysis], análisis, en el sentido de examen o estudio) es una práctica terapéutica fundada por el neurólogo vienés Sigmund Freud alrededor de 1896. A partir del psicoanálisis se han desarrollado posteriormente diversas escuelas de psicología profunda o de orientación dinámica y analítica. Así mismo, la teoría ha influenciado a muchas otras escuelas psicológicas y de terapias no necesariamente psicoanalíticas.El concepto de «psicoanálisis» designa, por una parte, aquel modelo teórico descriptivo y explicativo de los mecanismos, procesos y fenómenos implicados en la vida anímica humana. Este modelo se basa en la experiencia de Sigmund Freud en el tratamiento clínico de casos de neurosis, fobias y diversos padecimientos psíquicos. Por otra, «psicoanálisis» se refiere también a la terapia psicoanalítica misma, es decir, a un conjunto de procedimientos y técnicas terapéuticas para el tratamiento de conflictos psíquicos. Finalmente, «psicoanálisis» puede referirse además al método psicoanalítico: un método de investigación que ha sido aplicado más allá de la psicología clínica individual, al análisis de fenómenos culturales, por ejemplo en etnología y antropología (entre otras disciplinas).
 

1.1HISTORIA DEL PSICOANALISIS:

La historia del psicoanálisis corresponde en gran parte a la historia de su fundación, elaboración, revisión y difusión por parte de su máxima figura, el médico y neurólogo vienés Sigmund Freud. Se considera un antecedente clave para el nacimiento del psicoanálisis que Freud llegase a ser alumno de Jean Martin Charcot en el hospital Salpêtrière de París entre los años 1885 y 1886. Freud se familiarizaría

así con las investigaciones llevadas a cabo sobre la histeria las cuales mostraban que mediante la hipnosis se podían inducir, suprimir e intercambiar toda clase de síntomas presentes en los cuadros
histéricos, sugiriendo una etiología psicológica y no orgánica  Las histéricas que eran sometidas a tal experiencia no conservaban en la conciencia lo sucedido, es decir, no recordaban, aunque la sugestión hipnótica seguía actuando una vez deshecho el trance hipnótico. Ya de vuelta a Viena y en colaboración con su amigo y colega, el fisiólogo Joseph Breuer  aplicó el método catártico descubierto por este, que más tarde modificaría paulatinamente hasta dar forma al psicoanálisis.[ Tras años de experiencia

clínica, Freud propuso la teoría de que los síntomas histéricos y neuróticos tenían como causa núcleos traumáticos reprimidos en el inconsciente por ser moralmente inaceptables para el Yo del sujeto .  Freud postuló que estos núcleos patológicos  

consistían en «uno o varios sucesos de precoz experiencia sexual, perteneciente a la más temprana infancia».  En su artículo de 1914 Recordar, repetir, reelaborar, Freud

expone brevemente la historia de su método, desde su antecesor, la hipnosis. Al referirse a ésta, en particular la «catarsis breueriana», menciona que la misma se enfocaba en la reproducción de los procesos psíquicos de la situación en la que se adquirieron los síntomas neuróticos "para que tuvieran su decurso a través de la actividad consciente".     Se partía del supuesto de que los síntomas remitían a esos

procesos reprimidos. Junto a la rememoración, la abreacción era otra de las metas a que se apuntaba mediante esta técnica para lo cual se inducía al paciente a un estado hipnóticoEn un momento posterior, Freud decide abandonar la hipnosis, lo cual suele ser explicado diciendo simplemente que no era una técnica con la que él estuviera particularmente cómodo, así como que no es de por sí susceptible de ser aplicada en todos los casos. Por otra parte, se le adjudica como falencia el que tras un período de recuperación, luego de haber sido aplicada, los síntomas retornaban nuevamente, imponiendo la tarea de repetir el tratamiento. Por otra parte, también se dice que este método no permite acceder al trabajo analítico a las «resistencias» del paciente. En cualquier caso, la técnica apuntaba, entonces, a "colegir desde las ocurrencias libres del analizado aquello que él denegaba recordar. Se pretendía sortear la resistencia mediante el trabajo interpretativo y la comunicación de sus resultados al enfermo".
[En tercer lugar, Freud abandona la focalización sobre un problema determinado,

conformándose con "estudiar la superficie psíquica que el analizado presenta cada vez, y se vale del arte interpretativo, en lo esencial, para discernir las resistencias que se recortan en el enfermo y hacérselas conscientes".[ En 1897, coincidiendo con la muerte

 de su padre, Freud, aplicó a su propia persona la experiencia clínica acumulada y comenzó un estudio profundo de sus recuerdos, deseos y emociones que le permitieron reconstruir su infancia.  


1.2TÉCNICA PSICOANALÍTICA:
 Según el psicoanálisis, los síntomas histéricos y neuróticos tienen un origen ligado a conflictos inconscientes, aspectos de los cuales, pese a ser ajenos por completo al consciente del analizado, pugnan por emerger a la conciencia. El retorno de lo reprimido, resultado de una represión fallida ante la fuerza emergente del material reprimido, es una formación de compromiso, ejemplo de lo cual constituye el síntoma histérico y, en general, el neurótico. El objetivo de la terapia es vencer las resistencias para que el analizado acceda a las determinaciones inconscientes de sus sentimientos, actitud o conducta. Freud, en una de las oportunidades en las que describe la operación que lleva a cabo la terapia analítica, lo hace en estos términos: "la rectificación con posterioridad del proceso represivo originario".
La «regla fundamental» de la técnica psicoanalítica es la asociación libre. El analista
 introduce al paciente en la técnica solicitándole que le comunique todos los pensamientos, ocurrencias, ideas o imágenes que se le pasen por la mente, independientemente de que estos le parezcan absurdos, irrelevantes o comprometedores, «sin criticarlos o seleccionarlos». Al comunicar estos contenidos,
 el analizado no debe tener en cuenta cuan insignificante, trivial o desagradable le resulten, ya que esto sólo expresaría la acción de las resistencias.
Una segunda área explotada por la asociación libre es la de los sueños, considerada la «vía regia al inconsciente». Para el psicoanálisis los sueños son siempre (al menos esto es lo postulado en La Interpretación de los sueños) realizaciones de deseos  los cuales generalmente se disfrazan por ser inaceptables para la organización consciente del individuo.

1.2DESARROLLO SEXUAL INFANTIL:
 La teoría plantea que conforme crecen los niños su deseo se enfoca en diferentes áreas del cuerpo, en los que se busca la satisfacción libidinal. Siguiendo una secuencia de etapas psicosexuales en las que son importantes diferentes zonas erógenas, los niños pasan del autoerotismo a la sexualidad reproductora y desarrollan sus personalidades adultas:
1. FASE ORAL (desde el nacimiento hasta los 12 ó 18 meses): la boca es la zona erógena preeminente y procura al bebé no sólo la satisfacción de alimentarse, sino, sobre todo, el placer de chupar. Es decir, de poner en movimiento los labios, la lengua y el paladar en una alternancia rítmica.
2.     FASE ANAL (12-18 meses hasta 3 años): en esta época la fuente principal de placer y conflicto potencial son las actividades en las que interviene el ano. Con frecuencia representa el primer intento del niño por convertir una actividad involuntaria en voluntaria. Los niños pueden experimentar dolor o placer ya sea al retener o al expulsar sus desechos fisiológicos. Debemos separar aquí el placer orgánico de defecar, aliviando una necesidad corporal, del placer sexual consistente en retener las heces y los gases para después expulsarlos bruscamente.
3.     FASE FALICA   (3 a 6 años): el órgano sexual masculino desempeña un papel dominante. En esta fase, las caricias masturbatorias y los tocamientos ritmados de las partes genitales proveen al niño un placer autoerótico. Freud considera que el clítoris es considerado por la niña como una forma de falo inferior. Al comienzo de la fase fálica, los niños/as creen que todas las personas poseen falo y la diferencia entre tener o no falo se percibe como una oposición por castración. Cada uno toma rumbo diferente al entrar en lo que Freud denomina Edipo, o complejo de Edipo, en el cual primero se da una identificación con la madre en ambos casos. El niño siente deseos sexuales hacia su madre, y al percibir a las niñas como castradas abandona sus deseos por temor a que le ocurra lo mismo, creándose en el varón la angustia de castración que lo lleva a renunciar a sus deseos incestuosos e identificarse con su padre. La niña abandona a la madre porque la cree culpable de su castración y surge la envidia del pene. Sin embargo, se da cuenta de que si es como su madre puede acceder a un pene (véase el concepto psicoanalítico de falo), a lo cual reacciona identificándose con ella y aparece el deseo de engendrar un hijo de su padre.
La homosexualidad es definida como una perversión causada por una interrupción del desarrollo libidinal en esta etapa. Para Freud se produce por una fijación en una etapa temprana del desarrollo psicosexual o una resolución incorrecta del complejo de Edipo. Esta interrupción no permite alcanzar la madurez sexual (heterosexualidad). Un conflicto de homosexualidad inconsciente puede ser un núcleo constituyente de esquizofrenia o paranoia. Más adelante, Freud describe el narcisismo como un componente común a la homosexualidad, la esquizofrenia y las perversiones. Sin embargo, Freud llegaría a reconsiderar su posición con el tiempo, hasta el punto de que en su conocida Carta a una madre americana, Freud no dudó en afirmar que la homosexualidad «no es un vicio ni un signo de degeneración, y no puede clasificarse como una enfermedad».   Señaló que perseguir la homosexualidad era una «gran injusticia y una crueldad», y que el análisis, a lo sumo, serviría para devolver la armonía a una persona si se sentía infeliz o neurótica, independientemente de si era homosexual o no.
4.      FASE DE LACTENCIA (desde los seis años hasta la pubertad): en este período se desarrollan fuerzas psíquicas que inhiben el impulso sexual y reducen su dirección. Los impulsos sexuales inaceptables son canalizados a niveles de actividad más aceptados por la cultura. Freud lo llamaba «período de calma sexual». No lo consideraba una etapa, ya que no surgía nada dramáticamente nuevo.
5.     FASE GENITAL  (desde la pubertad hasta la adultez): surge en la adolescencia cuando maduran los órganos genitales. Hay un surgimiento de los deseos sexuales y agresivos. El impulso sexual, el cual antes era autoerótico, se busca satisfacer a partir de una interacción genuina con los demás. Freud creía que los individuos maduros buscan satisfacer sus impulsos sexuales sobre todo por la actividad genital reproductora con miembros del sexo opuesto.

1.3EL PSICOANÁLISIS EN LA UNIVERSIDAD:
En las universidades el psicoanálisis no suele estudiarse como una carrera independiente, y su ejercicio profesional requiere estudios especializados, generalmente de quienes han tenido formación en los campos de la Psiquiatría y la Psicología y que optan por esta corriente de pensamiento como paradigma para el desarrollo de su estilo particular de psicoterapia. En algunos países existe legislación asociada al tema, pero generalmente los criterios respecto a los créditos que debe poseer un profesional para interiorizarse en el psicoanálisis provienen de la propia doctrina de este.En países como Argentina y Francia el psicoanálisis sigue ocupando un lugar central en las facultades de psicología y humanidades. El psicoanálisis en Chile también tiene cierta presencia académica. En general, sigue vigente en países de habla hispana y algunos países europeos como método terapéutico y de introspección, pero su vigencia en otros países disminuyó considerablemente desde mediados del siglo XX .

1.4CRÍTICAS AL PSICOANÁLISIS:
  • En su modelo de demarcación de la ciencia, Karl Popper tomó al psicoanálisis como ejemplo de pseudociencia, porque violaba el principio de falsabilidad, en contraste con la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Popper observó que, mientras las condiciones de refutación de las hipótesis de Einstein estaban determinadas con precisión y Einstein estaba dispuesto a empezar de nuevo si la evidencia no las sustentaba, las teorías de Sigmund Freud eran infalsables y le permitían reinterpretar la evidencia cuando no confirma las hipótesis. Aunque Popper calificaba al psicoanálisis como pseudociencia no sugiere que no sea racional o que no sea valioso. Popper mismo declara que el psicoanálisis: "Constituye una interesante metafísica psicológica (y no cabe duda de que hay alguna verdad en él, como sucede tan a menudo en las ideas metafísicas .     
  • Adolf Grünbaum considera que la teoría sí puede ser falsada y que, de hecho, resulta ser falsa.             
  • Alan Sokal y Jean Bricmont explican, en Imposturas intelectuales, cómo Jacques Lacan usa el lenguaje matemático en su teoría del psicoanálisis de forma incorrecta y totalmente fuera de contexto para aparentar un carácter científico Otros autores, sin embargo, explican que el uso por parte de Jacques Lacan de un lenguaje matemático significó no el intento de demostrar matemáticamente las afirmaciones del psicoanálisis, sino una representación simbólica de algunas de tales afirmaciones, con la intención de transmitir la estructura misma en su funcionamiento y vaciada de las argumentaciones de las llamadas "novelas" de cada sujeto. La respuesta de Sokal es que tal uso simbólico de conceptos matemáticos, muy probablemente desconocidos por la gran mayoría de los lectores de Lacan, es de dudosa utilidad. Arkady Plotnitsky (matemático y profesor de la Universidad de Purdue de teoría literaria) ha señalado que también Sokal y Bricmont se equivocan en su libro, puesto que «algunas de sus aseveraciones concernientes a objetos matemáticos y especialmente sobre los números complejos son incorrectas». 
  • El epistemólogo Mario Bunge, en su modelo de demarcación de la ciencia, sostiene que el psicoanálisis es un ejemplo de pseudociencia porque carece de consistencia externa. Mientras las diferentes disciplinas científicas interactúan apoyándose las unas en las otras, tanto en sus aspectos teóricos como empíricos, el grave problema del psicoanálisis, consistiría según sostiene Bunge, en que se trata de una disciplina aislada del resto del conocimiento, que no interactúa con disciplinas obviamente pertinentes, tales como la psicología experimental, la neurociencia cognitiva y las ciencias biológicas. Más aún, según este autor, el psicoanálisis es incongruente con los descubrimientos de estas disciplinas.
 

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