MICROMACHISMOS
LA VIOLENCIA INVISIBLE EN LA PAREJA
Mujeres
maltratadas, varones violentos: dos dramáticos aspectos de las asimétricas
relaciones de género. En todo el mundo occidental, la violencia (masculina)
hacia las mujeres se torna evidente y se des legitima de forma creciente. Si
pensamos que la violencia de género es toda acción que coacciona, limita o
restringe la libertad y dignidad de las mujeres, podemos comprobar que quedan
ignoradas múltiples prácticas de violencia y dominación masculina en lo
cotidiano, algunas consideradas normales, algunas invisibilizadas y otras
legitimadas, y que por ello se ejecutan impunemente.
Por ello trataré de describirlas y
visibilizarlas en este caso el ámbito de la pareja, y analizando además sus
efectos en las mujer, el varón y su relación. Tomaré como base descriptiva a la
pareja heterosexual de convivencia con hijos/as, lo que no significa que en las
otras formas de pareja estas prácticas no existan.
Si
pensamos desde una óptica de igualdad entre los géneros, visibilizarlos es un
primer paso para intentar su neutralización
y poder contribuir a modificar
los juegos de dominio y permitir el desarrollo de relaciones mas cooperativas,
honestas e igualitarias en derechos y obligaciones.
PODER Y GÉNERO
El
poder no es una categoría abstracta es algo que se ejerce, se visualiza en las
interacciones.
La
palabra "poder" tiene dos acepciones: una es la capacidad de hacer,
el poder personal de existir, decidir y autoafirmarse. Este poder requiere para
su ejercicio una legitimidad social que lo autorice. La otra acepción: la
capacidad y la posibilidad de control y dominio sobre la vida, básicamente para
lograr obediencia. Es el poder de dominio. Requiere la tenencia de recursos para
obligar a interacciones no recíprocas.
La
desigual distribución del poder de
dominio conduce a la asimetría relacional. La posición de género (femenino o
masculino) es uno de los ejes cruciales por donde discurren estas desigualdades
de poder. Esto es así porque nuestra cultura ha legitimado la creencia de que
el masculino es el único género con derecho al poder.
LOS MICROMACHISMOS
Los mM son prácticas de dominación y violencia masculina en
la vida cotidiana, del orden de lo "micro", al decir de Foucault, de
lo capilar, lo casi imperceptible, lo que está en los límites de la evidencia.
El prefijo "micro" del neologismo con el que nombro a estas prácticas
alude a esto.
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Es decir, los mM son micro abusos y micro violencias que
procuran que el varón mantenga su propia posición de género creando una red que
sutilmente atrapa a la mujer, atentando contra su autonomía personal.
Algunos mM son conscientes y otros se realizan con la "
inocencia" del hábito inconsciente. Con ellos los varones no solo intentan
instalarse en una situación favorable de poder, sino que internamente buscan la
reafirmación de su identidad masculina -asentada fuertemente en la creencia de
superioridad y en la necesidad de control- y satisfacer deseos de dominio y de
ser objeto de atención exclusivo de la mujer.
los mM, que son parte habitual de (nuestro) comportamiento
masculino es más difícil pues ello supone reconocer también en nosotros
(varones) los hábitos de dominación y tener que decidir qué hacer con ello.
Se
clasifican en tres categorías:
1.-MICROMACHISMOS COERCITIVOS:
En estos mM, el varón usa la fuerza (moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad), para intentar doblegar a la mujer,
limitar su libertad y expoliar el pensamiento, el tiempo o el espacio, y
restringir su capacidad de decisión.
Características:
Intimidación
Este es un mM que está en el límite entre la violencia
psicológica y los mM propiamente dichos. se ejerce cuando el varón ya tiene
fama (real o fantaseada) de abusivo o agresivo.
Control del dinero
Gran cantidad de maniobras son utilizadas por el varón para
monopolizar el uso o las decisiones sobre el dinero, limitándole su acceso a la
mujer. Basado este mM en la creencia que el dinero es patrimonio masculino.
No participación en lo doméstico

Uso expansivo-abusivo del espacio físico y del
tiempo para sí
Este grupo de mM se apoyan en la idea de que el espacio y el
tiempo son posesión masculina, y que por tanto la mujer tiene poco derecho a
ellos.
en cuanto al tiempo: el varón crea tiempo de descanso o
diversión a costa de la sobrecarga laboral de la mujer.
Insistencia abusiva
Conocido popularmente como "ganar por cansancio",
este mM consiste en obtener lo que se quiere por insistencia inagotable, con
agotamiento de la mujer que se cansa de mantener su propia opinión, y al final
acepta lo impuesto a cambio de un poco de paz.
Imposición de intimidad
Este mM consiste en una acción unidireccional de
acercamiento cuando el varón desea, Muy típico ejemplo de esto es la seducción
forzada cuando él quiere sexo.
Apelación a la "superioridad" de la
"lógica" varonil
En este grupo se recurre a la "razón" (varonil)
para imponer ideas, conductas o elecciones desfavorables a la mujer. Utilizada
por varones que suponen que tienen la 'única" razón o que la suya es la
mejor.
Toma o abandono repentinos del mando de la
situación
decidir sin consultar, anular o no tener en cuenta las
decisiones de la mujer, basados en la creencia del varón de que él es el único
que tiene poder de decisión.
2.-MICROMACHISMOS ENCUBIERTOS:
Estos mM son los que atentan de modo más eficaz contra la
simetría relacional y la autonomía femenina. En ellos, el varón oculta (y a
veces se oculta) su objetivo de dominio. Utilizan el afecto y la inducción de
actitudes para disminuir el pensamiento y la acción eficaz de la mujer,
llevándola a hacer lo que no quiere y conduciéndola en la dirección elegida por
el varón.
Abuso de la capacidad femenina de cuidado
Este es el grupo de mM probablemente más avalado y
silenciado por la cultura. Por ellos el varón utiliza y explota la capacidad de
las mujeres de cuidado hacia otras personas. Esta capacidad está muy
desarrollada en ellas por efectos de su socialización. Los varones aprovechan
abusivamente los beneficios del cuidado femenino; es decir un comportamiento de
extracción y vaciamiento de energía vital que el varón aprovecha para sí.
Creación de falta de intimidad
La evitación de la intimidad es un recurso de dominación que
ellos utilizan cotidianamente. Son maniobras activas de alejamiento, que
impiden la conexión y evitan el riesgo de perder poder y quedar a merced de la
mujer.
Seudointimidad
En este grupo de mM el varón dialoga, pero manipulando el
diálogo, de modo de favorecer el control y el ocultamiento, dejando a la mujer
con menos poder al retacearle sinceridad.
Comunicación defensiva-ofensiva
Engaños y mentiras
Desautorización
Basadas en la creencia que el varón tiene el monopolio de la
razón, lo correcto y el derecho a juzgar las actitudes ajenas desde un lugar
superior. Basadas en la creencia que el varón tiene el monopolio de la razón,
lo correcto y el derecho a juzgar las actitudes ajenas desde un lugar superior,
que en general son consonantes con las desvalorizaciones.
Paternalismo
En este tipo de maniobra se enmascara la posesividad y a
veces el autoritarismo del varón, haciendo "por" y no "con"
la mujer e intentando aniñarla. Se detecta sobre todo cuando ella se opone al aniñamiento,
y él no puede tolerar que ella sea autónoma y no controlarla.
Manipulación emocional
Utiliza el afecto no para el intercambio emocional sino como
instrumento para lograr el control de la relación. Se usan para ello dobles
mensajes, insinuaciones, acusaciones veladas, etcétera. De entre su amplia
variedad podemos destacar:
Culpabilización-Inocentización
Dobles mensajes afectivos
Enfurruñamiento
Autoindulgencia y autojustificación
En estas maniobras el varón se autojustifica o es muy
indulgente consigo mismo frente a la no realización de tareas o actividades que
hacen al cultivo de un vínculo igualitario. Bloquear la respuesta de la mujer
ante acciones e inacciones del varón que la desfavorecen puesto que al no
hacerlas él, la obligan a hacerlas a ella.
3.-MICROMACHISMOS DE CRISIS:
Estos mM suelen utilizarse en momentos de desequilibrio en
el estable desbalance de poder en las relaciones. Suelen ser útiles no sólo
para impedir que la mujer sea más autónoma o para no sentirse dependiente de
ella, sino también para impedir los reclamos de ella respecto a la necesidad
que él también cambie modificando sus hábitos de superioridad.
Pertenecen a esta categoría:
Hipercontrol:
consiste en aumentar el control sobre las actividades, tiempos o espacios de la
mujer.
Seudoapoyo:
Apoyos que se enuncian sin ir acompañados de acciones cooperativas.
Resistencia pasiva y distanciamiento: consiste en utilizar diversas formas de oposición pasiva y
abandono.
Rehuir la crítica y la negociación
Con este mM se intenta acallar los reclamos de la mujer
respecto a las actitudes dominantes del varón y evitar el cambio sosteniendo
que él no lo deseó.
Promesas y hacer méritos:
Maniobras en las que frente a reclamos de la mujer el varón
realiza modificaciones puntuales que implican ceder posiciones provisoriamente
por conveniencia.
Victimismo:
Por este mM el varón se declara víctima inocente de los
cambios.
Darse tiempo:
Este mM consiste en postergar y alargar el tiempo de
decidirse a darle importancia a los cambios y reclamos femeninos o a cambiar.
Se manipula el tiempo de la respuesta al pedido de cambio
intentando dilatar la situación de injusticia relacional.
Dar lástima:
Cuando el varón realiza este mM procura que se apenen de él
para lograr que la mujer ceda. Para ello, puede, desde buscar aliados que
comprueben lo "bueno" que él es y lo "mala" que es ella.
EFECTOS DE LOS MICROMACHISMOS
La efectividad de todas estas maniobras, junto a la falta de
autoafirmación de la mujer, forman una explosiva mezcla con enormes efectos
negativos para ella y el vínculo que, como decíamos al comienzo de este
artículo suelen ir haciéndose visibles a largo plazo. Habitualmente no suele
reconocerse la causalidad interpersonal de estos efectos, que suelen atribuirse
culposamente a la mujer. En los varones no solo producen efectos
"positivos" (para él) sino también efectos negativos que no se pueden
tampoco descuidar.
En las mujeres los mM suelen provocar:
Un agotamiento de sus reservas emocionales, sentimiento de
derrota e impotencia que producen.
Deterioro de su autoestima, aumento de la inseguridad y
disminución de la capacidad de pensar.
Una disminución de su poder personal y parálisis del
desarrollo personal.
En los varones los efectos de su ejecución de los mM suelen
ser:
Un aumento o conservación de su posición superior y de
dominio.
Una afirmación de su identidad masculina.
Los mM producen en el
vínculo:
El encarrila miento de la relación en dirección a los
intereses del varón, favorecido esto por el mandato cultural hacia las mujeres
de que acepten al varón como es, y que a lo sumo lo traten con sus armas
"ocultas".
Los mM llevan al "dejar hacer" femenino que
permite que predominen los tipos de situaciones que el varón desea.
La mujer como "la culpable" del deterioro del
vínculo, cuando ella desea un cambio y él se niega a moverse hacia la igualdad.
Como hemos visto, los mM también son violencia de género y
son comportamientos habituales en todos los varones: la violencia no es sólo
cosa de otros, sino también de nosotros (varones). Reconocer esto supone que
los varones que creemos en la igualdad, debemos hacer algo más que acompañar a
las mujeres en sus reclamos y adaptarnos con esfuerzo a los cambios femeninos.
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